Hay noticias que, no obstante ser tragedias, ponen de buen humor. Incluso hay unas que pueden provocar la euforia cuando se trata de la desgracia de uno de los sectores con menos prestigio en nuestra sociedad, no sólo en México, sino en gran parte del mundo. Foto publicada por G17
Así fue el efecto en Brasil cuando hace unos días circuló por la red la versión de que un diputado de Santa Catalina había sido tragado por una víbora Sucuri mientras paseaba por el Amazonas.
El hecho fue reportado por el portal G17, un medio cuyo eslogan es “Sin compromiso con la verdad”. Sin embargo, eso no impidió que muchos medios brasileños le dieran vuelo al hecho, que se sustentaba por una declaración de un pescador que aseguraba haberlo visto todo, además de una foto que no se precisa si es del evento.
Según G17, el legislador se encontraba en medio de un paseo en barco, mientras bebía whisky y contaba dinero de un maletín bastante feliz, cuando fue sorprendido por un reptil.
“Yo vi cuando la víbora llegó, se enrolló y se lo comió”, contó el pescador testigo que al parecer estaba próximo al lugar, aunque no dijo si también se tragó las ligas de los billetes que en una de esas provenían de la venta de productos lácteos.
Después de presenciar el ataque del reptil, el pescador fue a un pueblo cercano a buscar ayuda. Pero en vez de conseguir ayuda, logró que la gente no le creyera y se burlara de él.
“El pueblo comenzó a reir a carcajadas cuando conté que fue engullido un político”, dijo el pescador.
En opinión de quien esto escribe, la hilaridad de la situación no era por lo increible del asunto, sino por considerar el mal gusto del animal para seleccionar su dieta. Quizás tampoco se prestaron a ayudar por la sencilla razón de que consideraran que como un acto natural, el hombre sería escupido al poco rato.
El medio indicó que la esposa del diputado fue informada de lo ocurrido en la tarde siguiente., a lo que contestó: “Es poco lo que le pasó. Quién le mandó a esconder dinero en las Amazonas”.
Luego surgieron versiones de que todo fue una broma, aunque casi sin intensidad y repercusión; después de todo, con seguridad deben ser pocas las personas que quisieran que esto no fuera realidad.
jueves, 22 de septiembre de 2011
La víbora que se comió un diputado
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